28/03/08
Luis Blanco Crespo
Entre
los precursores de nuestras guerras de independencia latinoamericana ocupa un
lugar importante de gran trascendencia el prócer Francisco de Miranda, nacido
en Caracas un día como hoy (28 de marzo de 1750), de cuna criolla y un valor e
inteligencia admirable.
Su espíritu
progresista, anti feudal, lo condujo en 1790 a ponerse al servicio de la
Revolución Francesa donde adquiere el grado de Mariscal de Campo y decide
dedicar lo más preciado de su vida a la causa de la independencia de Nuestra
América.
En 1806
encabezó una gran expedición para libertar a Venezuela, logrando desembarcar e
izar la bandera tricolor, la llamada “Bandera Madre” que tenía tres franjas
horizontales de igual tamaño con los colores amarillo, azul y rojo. La cual se
convertiría en la bandera de Venezuela, Colombia y Ecuador.
En
1810, al constituirse la Junta de Caracas con claras pretensiones
independentistas, Miranda regresa a la patria para reiniciar su lucha,
incorporándose al movimiento emancipador, en el cual se empezaba a destacar la
figura de Simón Bolívar.
En
aquella épica lucha, con la cual se instauraría la llamada “Primera República”,
el precursor Francisco de Miranda encabeza el proceso que debía devolver a su
patria la soberanía y dignidad nacional, siendo designado por sus méritos y cualidades
“Generalísimo de la República”
A la
caída de la Primera República, frente al embate de la reacción, Miranda es
encarcelado muriendo cuatro años más tarde (1814), fiel a las ideas
independentistas que guiarán, como su ejemplo el proceso de emancipación
latinoamericana.
En su
vida, visitó Eurasia, Cuba, conoció grandes personalidades de su época: al Rey
prusiano Federico Guillermo, al Príncipe Potemkím, la Zarina Catalina la Grande
de Rusia y a Napoleón Bonaparte.
Napoleón una vez dijo: “Ese Miranda es un Quijote, la
única diferencia es que no está loco”...
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