10/05/10
Luis Blanco Crespo.
Primero de mayo ¡Día
del Trabajador! día celebrado por muchos
pero no conocido por todos, jornada obrera, jornada proletaria, jornada de
sacrificios. Transcurría el día 1ro de mayo de 1886, recorrían las calles de
Chicago centenares de obreros asalariados en busca de la reducción de la
jornada laboral a 8 horas en un país como Estados Unidos donde el capitalismo
naciente se perfilaba poco a poco a alcanzar su fase superior: el imperialismo.
El
Estado capitalista con su máquina burocrática, de represión a las masas
hambrientas no demoró en reaccionar violentamente contra una lucha que además
de ser justa era ética; una lucha por la reducción de la jornada laboral en una
época en la que las horas laborables ascendían a 10, 12, e inclusive a más de 15 horas, no importara que fuese
hombre, mujer o niño.
Lo que muchas personas desconocen
–sobre todo en las entrañas de los países capitalistas- es que la declaración
del Primero de Mayo fue establecida en 1889 por la Segunda Internacional de
Socialistas y Comunistas en París como jornada de lucha proletaria para
recordar a aquellos que hace 124 años entregaron su vida en la lucha por
conseguir lo que algunos pensaban que era una utopía.
Pudimos estar presentes y participar
en las marchas provinciales de esta fecha épica en esta heroica tierra cubana,
también observamos por televisión los actos en Venezuela y Bolivia. No hay duda
de que la Patria Grande está cambiando, nuestros pueblos han despertado, han tomado
conciencia, y por sobre todo han aprendido que ellos son el único motor de la
historia. El capitalismo se encuentra en su fase de extinción, como muestra de
eso tenemos la crisis financiera que ataca a los países del Norte –donde Grecia
ha sido el primer país en caer en bancarrota- otro ejemplo es el desastre
ecológico que actualmente azota al Golfo de México, donde las grandes
transnacionales están pendientes de las pérdidas económicas mas no de los
efectos sobre el ecosistema y la biodiversidad. Bolívar nos decía que en el
norte tenemos un vecino muy belicoso, muy hostil y capaz de todo, los Estados
Unidos cuyo poder de dominación ha decrecido considerablemente aún es muy
peligroso, como cualquier bestia se hace más salvaje cuando está acorralada,
cuando se encuentra cerca de la muerte, así se halla el imperio yanqui.
En este mes de mayo también
celebramos un año más del natalicio de Carlos Marx, de la Independencia de
Paraguay, de la Batalla de Pichincha, de la Victoria Soviética sobre los
fascistas en la Segunda Guerra mundial. Nos unimos al júbilo de todos estos
festejos, recordando siempre a los mártires y al ideal que los guiaba, que no
era otro que derribar a los poderes dominantes, imperialistas y hegemónicos,
entregar el poder al pueblo y construir una nueva realidad y una nueva
sociedad. En la actualidad esa nueva sociedad, más humana, más justa, que
además es la única forma de mantener la existencia de la especia humana debe
estar sentada sobre las bases del Socialismo del Siglo XXI.
¿Cómo debe ser este Socialismo?
Bolívar, en 1819 (cuando aún no existía la tesis del socialismo científico), en
su famoso Discurso de Angostura nos da la respuesta: “El sistema de gobierno
más perfecto es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor
suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”.
¡Vamos todos juntos en la
construcción del Socialismo! Constituyamos la artillería bolivariana y vayamos
a la Batalla de las Ideas, digamos NO al conformismo, NO al pesimismo, NO al
CAPITALISMO y SI a la vida, SI a la solidaridad, SI al SOCIALISMO…Bajo las
banderas de Bolívar, Martí, Miranda, Marx, Lenin seremos invencibles.
¡PATRIA,
SOCIALISMO O MUERTE!
¡VENCEREMOS!